agustín eduardo bolzán || photography
agustín eduardo bolzán || fotografías

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Como el fluir de la vida

Soledades

Soledad....palabra que nos trae a la mente un sinnúmero de sensaciones.... soledad puede hacernos pensar en serenidad, en placidez, en tranquilidad, o bien en abandono, tristeza, desolación.… El Hombre busca la soledad para descansar, para meditar, para contemplar, para tomar las grandes decisiones....pero también puede encontrarse con la soledad no deseada, la del despojo, la de la anomia, la del desprecio....La soledad puede ser entonces tanto bella como maldita..... En recorriendo los caminos, desde el norte del desierto de Atacama hasta el sur de la estepa patagónica, se han presentado ante mis ojos diversas soledades: la del paisaje inhóspito, la de la supervivencia de la flora y la fauna, la de los seres humanos buscando paz lejos del mundanal ruido, la de la civilización abandonada.

Así como cada soledad nos infunde un sentimiento particular, cada mirada a la soledad imprime un tono muy personal sobre nuestra mente, desde la soledad magnífica, que se expresa con imágenes plenas de color, hasta la soledad más intimista, percibida mas bien en escala monocromática, cuya mayor o menor frialdad o calidez estará relacionada con lo que el paisaje que contemplamos infunde en lo profundo de nuestro ser. Al hallarme frente a cada una de las escenas, una misma línea de pensamiento me ha llevado, a contemplar con admiración primero, y a fotografiar después, la imagen de un silencio. Un silencio que expresa la plácida soledad del que transita por la costa, la triste soledad de lo derruido y abandonado, la pacífica soledad que regala la montaña o el correr de las aguas, la estoica soledad de los que se resisten a sucumbir frente a los elementos de la naturaleza, la soledad profunda que nos habla del paso del tiempo. Las imágenes de estas soledades, como de tantas otras con las que me he topado en mi caminar, no hacen sino hablarnos en definitiva, “del tiempo de las cosas y el hombre”.

Solitudes

Solitude .... word that brings to our mind countless feelings.... solitude can make us think of serenity, placidity, peace... or in abandonment, sadness, desolation. ... Man seeks solitude to rest, to meditate, to contemplate, to make big decisions .... but he can also find the unwanted solitude...that of dispossession, of anomie, contempt .... The solitude can be then either beautiful or damned. In traveling the roads from northern Atacama Desert to the south of the Patagonian steppe, have appeared before my eyes different solitudes: that of the inhospitable landscape, the survival of flora and fauna, the humans seeking peace away from the madding crowd, that of the abandoned civilization.

Just as every solitude gives us a particular feeling, every look at a solitude prints a very personal tone on our mind, from the magnificent solitude, expressed with colourful images, to the most intimate solitude, perceived rather in a monochromatic scale, whose greater or lesser coldness or warmth will be related to what the landscape we contemplate infused into the depth of our being. When I found myself in front of each of the scenes, the same line of thought has led me, to contemplate with admiration first, and then to photograph, the image of a silence . A silence that expresses the quiet solitude of who walks along a coast, the sad loneliness of the ruined and abandoned, the peaceful solitude that gives the mountain or the running waters , the stoic loneliness of those who refuse to succumb to the elements of nature , the deep loneliness that speaks of pass of the time. The images of these solitudes, like so many others that I have encountered in my walks, they just speak us about "the time of things and man".