agustín eduardo bolzán || photography
agustín eduardo bolzán || fotografías

20190814-mountain-lodge_0840.jpg
Saboreando el desayuno

Un viaje al paraíso

Nuestro planeta nos ofrece un sinfín de lugares magníficos para recorrer y donde admirar la naturaleza, sea a través de paisajes que embelesan o de fauna que sorprende. Pero sin lugar a dudas para quienes aman el mundo natural, el continente africano ha sido siempre el lugar adonde ir, como cual peregrino que al menos una vez en su vida debe visitar un lugar santo. Las historias que leía o me contaban ya de pequeño, y las películas de aventuras en África, que en blanco y negro llegaban por ese entonces a mis retinas, dejaron una impronta en mi espíritu que fueron generando de manera constante, y creciente, una sed insaciable de ver, de pisar y de tocar con mis propias manos, ese continente que se conocía como el Continente Negro o Continente Misterioso. El continente de los grandes exploradores y de la fauna más maravillosa vista por el hombre. El continente de los grandes desiertos y las frondosas selvas, de los caudalosos ríos y de las sabanas infinitas. Es imposible expresar con palabras ese sentimiento inefable que surge de nuestro interior cuando recorremos en nuestro vehículo la sabana africana esperando encontrar alguno de sus notables mamíferos o descubrir alguna de sus coloridas y brillantes aves. No alcanza la mirada extasiada ni el tiempo tirano para absorber completamente tanta maravilla. No importa la búsqueda organizada sino el encuentro fortuito con el animal que se nos cruza en el camino. A pesar del esfuerzo del guía (o la guía) y del rastreador, será siempre el propio animal quien decidirá si aparecer y mostrarse ante los visitantes o no. El poder aproximarse respetuosamente a la fauna y compartir con ella un momento y un lugar en perfecta armonía, es algo que nos enriquece como habitantes de un planeta que es diariamente maltratado. Es quizás sólo un momento, a veces largo si se mide en minutos, pero siempre corto si se mide en emociones. Safari significa viaje en suajili, que según dicen deriva del árabe safar. Este safari recorriendo la Phinda Game Reserve no es un viaje que terminó, sino que recién empieza...porque vuelve a mi mente lo que alguna vez me dijo alguien, que ya había estado entre la fauna africana, antes de iniciar mi viaje: el problema de ir es que una vez que uno ha bebido de esas aguas, probablemente se pase la vida tratando de volver a probarla. La experiencia para el que va como amante de la naturaleza, y en particular de la fauna, y no como simple turista en búsqueda de los Cinco Grandes, es única, y sublima nuestro espíritu. Y es el espíritu el que exige volver....

A trip to paradise

Our planet offers us endless magnificent places to visit where to admire nature, whether through captivating landscapes or through surprising wildlife. But without a doubt, for those who love the natural world, the African continent has always been the place to go, like which pilgrim who at least once in his life should visit a holy place. The stories that I read or were told to me when I was a child, and the adventure films in Africa, which by then arrived in black and white to my retinas, left a mark in my spirit that generated a growing insatiable thirst of seeing, stepping on and touching with my own hands, that continent that was known as the Black Continent or the Mysterious Continent. The continent of great explorers and the most wonderful wildlife seen by the man. The continent of the great deserts and the leafy jungles, the mighty rivers and the endless savannas. It is impossible to express in words that ineffable feeling that arises from our interior when we travel in our vehicle through the African savannah hoping to find some of its remarkable mammals or some of its colorful birds. Neither the ecstatic eye nor the tyrant time permits us to completely absorb so much wonder. It doesn't matter the organised search, but the casual encounter with the animal that crosses our way. Despite the effort of the guide and the tracker, it will always be the animal itself who will decide whether to show before the visitors or not. Having the chance to respectfully approach wildlife and share with them a moment and a place in perfect harmony, is something that enriches us as inhabitants of a planet that is daily mistreated. It is perhaps just a moment, sometimes long if measured in minutes, but always short if measured by the emotion. Safari means trip in Swahili, which they say is derived from Arabic safar . This safari trip along the Phinda Game Reserve was not a trip that has ended, but is a trip that has just begun...because it returns to my mind what someone, who had been visiting the African fauna, told me before my trip: beware that once you have drunk of the waters you may spend the rest of your life trying to get another taste . The experience for those who go there as lovers of nature, particularly wildlife, and not as simple tourists looking just for the Big 5, is unique, and sublimates our spirit. And it is our spirit who demands to return ...